Sarah.

Sarah es una persona normal. Como todos. 
Sarah es una persona...Incomprendida.
Todo el mundo le dice: 'Oh, sí, te entiendo, te entiendo'
No, no la entendéis.
Sarah es un patchwork de ladrillos sin fijación.
Sarah es otaku, de esas que leen libros chinos.
Sarah, también siente cosas. Muchas.
Sarah está enamorada de una persona. Es feliz amándola.
Pero eso le da problemas. Aunque a ella, en el fondo, no le importa tenerlos.
Sarah también siente odio. Siente odio a las matemáticas. A los que la juzgan sin saber. A los mentirosos. A los injustos.
Sarah es una hipócrita.
A Sarah le da miedo la oscuridad, pero finge bastante bien todo lo contrario. Por que le gusta tener miedo. Eso es un poco raro.
Desde que cierta persona entró en su vida, Sarah se preocupa por su imagen. Ya no le da igual ir peinada con un moño maltrecho o vestida con lo primero que cogía del armario. En ese sentido, ha cambiado un poco.
Sarah no es fan del maquillaje, pero eso no quita que a veces lo use.
Sarah finge que no le preocupa su figura, pero es mentira.
Sarah come mucho. Está todo el día comiendo. Un día se pondrá gorda de verdad.
Por ello, Sarah odia su cuerpo. Y su cara. Bueno, no. Le gusta la forma de sus labios. Eso es todo. Pero con eso se conforma.
Sarah es muy desordenada y descuidada.
Sarah prefiere a sus amigos antes que a su familia.
Sarah puede llegar a ser muy infantil y otras veces muy madura.
Sarah puede llegar a ser una borde de cuidado o volverse más pegajosa que un moco.
Sarah está en contra de la monarquía. Y también del gobierno. Está en contra de todo. Es toda una rebelde, ella.
Sarah finge ser fuerte, pero no lo es.
Sarah es sincera.
Sarah es bonita. Pero por dentro. Su hígado es precioso.
Sarah es muy bajita. Metro y medio.
Sarah no sabe nadar.
Sarah es un poco desconfiada.
A Sarah le cuesta enamorarse de alguien, aunque parezca mentira.
A Sarah le cuesta decir 'Te amo'


-Redshell.