miércoles, 27 de agosto de 2014

Capítulo 4 (Mirai Nikki 2.0)



Capítulo 4. Una chica electrizante del futuro

2 de Septiebre del 2009.
Asahina me espera en frente de un instituto privado para chicas. Aparentemente, hay una poseedora de un diario en el edificio y quiere acabar con ella lo antes posible. No entiendo cómo habrá conseguido esa información. Hoy no vamos  al instituto.
No quiero ir. Yo no quiero matar a nadie más. Quiero salir de este juego. Siento que no pinto nada en esto.

Llaman a la puerta. ¡Es Asahina! Ha venido a buscarme, en vista de que no acudía a su llamada.
Tengo miedo.

En efecto, tres minutos después, el timbre sonó.
Me levanté, temblorosa, de la silla del estudio de mi cuarto, emitiendo un suave crujido.  Eran las nueve de la mañana, hacía rato que ya estaba vestida y revisaba los millones de mensajes que me mandaba Kokoro Asahina, sin responderlos.

-¡¡¡MIKIIIIII!!!-Oí. Era ella. Bajé las escaleras mientras oprimía el móvil entre mis dedos. Nada más abrir la puerta,  una figura con el pelo rojo y brillante se abalanzó sobre mí, haciendo que cayésemos ambas al suelo y besándome en los labios
Yo la aparté inmediatamente.
-¿Por qué haces eso?-Pregunté, molesta, mientras me limpiaba los labios con la manga de la camiseta.
-Por que te amo-Respondió ella- Y por que quiero que tú me ames a mí también.
-Eso…No creo que…
-Si. Se hará realidad. Tú me amarás. Lo sé.
-¿Acaso lo dice en tu diario?
-Eso dice mi instinto-Dijo mientras se levantaba y me tendía la mano para ayudarme, con una amplia sonrisa.
Aproveché para mirarla mejor. Llevaba un conjunto sencillo, color azul turquesa y marino, compuesto por una camisa de manga corta y una falda bastante corta.
-Eh, no…No me mires así.
-¿Que no te mire cómo?
-Da igual. Vamos. ¿Tienes tus dardos?
Yo asentí.

2 de Septiembre del 2009.
Estamos en la entrada del más prestigioso instituto privado para chicas de toda la ciudad. No hay nadie en la entrada, ni en el recreo. Todo está completamente en silencio.
De pronto, un cristal de la tercera planta se rompe. Una figura sale disparada. Es una alumna, lleva uniforme. Kokoro y yo nos aproximamos corriendo junto a ella. No tiene heridas graves. ¿Qué, o más bien, quién la ha hecho saltar desde aquella ventana? Sus manos están atadas. Nos apresuramos a agacharnos junto a ella y desprenderla de las cuerdas.

La chica no dijo nada, simplemente se dejó hacer. Tendría aproximadamente nuestra edad. Tenía el pelo azul oscuro, aunque en cuanto más se alargaba, más claro era. La longitud de su cabello era mucho más larga por el lado derecho.
Tenía la piel blanca como la tiza y los ojos grandes, azules y electrizantes.
-¿Qué te ha pasado?-Dije.
-La vidente-Suspiró, cerrando los ojos. Cuando los volvió a abrir me parecieron aún más hermosos-Está aquí.
No entendí nada.
-¿La vidente?¿Qué vidente?
Asahina pareció entender.
-Una vidente es una persona que ve el futuro. ¿No será…?
-¡La poseedora!-Exclamé.
Asahina se puso en pie rápidamente y corrió hacia el interior del edificio. Yo revisé rápidamente el diario.

Asahina va armada con dos cuchillos. Es extraño, parece no haber nadie en el interior del instituto, ni siquiera profesores. Aquí hay algo que no cuadra.

-Oye…-Aparté la mirada del diario para mirar a la chica. Me sorprendí al ver que ella me miraba con los ojos muy abiertos. Retrocedí, instintivamente. Me recordaba a Asahina…
-¿Qué?-Preguntó, cortante. Su voz era aguda y seca.
-¿Por qué no hay gente en el instituto aparte de ti?
-No creo que te incumba-Respondió, masajeándose las muñecas –Esto no os incumbe. Mejor será que salgáis de aquí.
Yo sacudí la cabeza.
De repente, oí un grito. ¡Procedía de Asahina! Me levanté inmediatamente.
-Sobre todo, ni se te ocurra moverte de aquí. Puedes haberte roto algo sin saberlo.
Ella suspiró y apartó la mirada, sin responder.
Yo eché a correr hacia las entrañas del edificio, realmente preocupada por lo que le pudiera haber pasado a Asahina.
Subí las escaleras a cuánta velocidad pudieran alcanzar mis piernas. Cuando estuve apunto de llegar al tercer piso, decidí revisar el diario.

Kokoro está recostada en el suelo con uno de sus cuchillos enterrado en su hombro. No es realmente grave pero le ha debilitado. Está sola. No hay nadie.
Cuando llego junto a ella, está inconsciente. Me arranco un trozo de camisa y tras extraerle la daga, le envuelvo el hombro en la tela. Hay demasiada sangre. La sangre no para de salir…Me cuesta mantener los ojos abiertos…

Me desperté en una camilla. Tenía salpicaduras de sangre en la ropa.
Había olvidado mi fobia a aquella sustancia que corría por nuestras venas…
¡Menuda inútil! ¡Queriendo ayudarla, había acabado desmayándome! Quién sabe dónde estaría Asahina ahora.
Miré a mi alrededor. ¿Quién me había traído hasta allí? A juzgar por la lúgubre decoración de la sala, supuse que estaría en la enfermería del instituto.
Me levanté. Tenía un profundo dolor de cabeza.
De pronto, la puerta se abrió de golpe. Detrás de ella había una mujer. Debería rondar por los cincuenta años. Tenía el pelo grisáceo y ondulado. Sus ojos eran diminutos y estrechos.
Tenía una bola de cristal en una mano y vestía una túnica negra y morada, muy extraña.
-¡Primera!¡Por fin te he encontrado!¡Te mataré!
Yo retrocedí y comencé a correr por la amplia sala hasta llegar a otra puerta, pero estaba cerrada. La mujer me perseguía. Era  obvio que era la vidente, una de las poseedoras de diarios del futuro. Y venía a matarme.
Me giré para recibir el golpe que la mujer me iba a asetar con la bola de cristal. Pero ese momento no llegó.
Un cuchillo de cocina la atravesó parte a parte y la hizo caer al suelo, derramando sus últimos segundos de vida.
Detrás suya, estaba la chica de antes, que respiraba entrecortadamente.
Intenté no mirar la aparatosa herida que se había formado en el vientre de la poseedora y observé a la chica.
-De nada.-Dijo.
-Eh…Gracias.
-Era la cuarta poseedora. Urara Hosho.
-¿Eh?¿Cómo sabes tú…?
De repente, alguien empujó a la chica de ojos electrizantes hacia delante, haciéndole caer y partirse el labio.
Kokoro Asahina Extrajo uno de sus dos cuchillos de su bolsillo. No necesitaba ver el diario para saber lo que iba a hacer. Rápidamente, avancé hacia delante y le inmovilicé la muñeca.
-¡Asahina! ¿En qué estás pensando?
-¡Es la sexta poseedora, Aoi Esuno!¡Tenemos que matarla!
-¿Y cómo lo sabes?
La acosadora relajó los músculos. No respondió.
-Estás en lo cierto, Asahina.
La chica peliazul se había levantado, y tras limpiarse la sangre del labio, sacó de su bolsillo de la falda a cuadros beige, un móvil.
-Soy la sexta poseedora. Aoi Esuno, como tu bien has dicho. Mi diario es el diario del observador y predice todo lo que pasará a mi alrededor.
-Esuno-Dijo ella – Vaya familia más asquerosa.
La chica se acercó, me apartó bruscamente y dirigió su mano,  bien abierta, hacia el rostro de Asahina. Ella emitió un quejido, dolida.
-No me metas en el mismo bote que en el de los Esuno. Llámame Aoi.
-¡No te voy a llamar de ninguna manera por que dentro de poco estarás muerta!
La pelirroja levantó el brazo con fuerza y determinación, buscando enterrarle el cuchillo en el corazón a Aoi. Pero algo le impidió realizar su letal acción.
Asahina chilló, haciendo caer el cuchillo y llevándose su mano izquierda a su hombro vendado por un trozo de camiseta.
La chica aprovechó para retroceder hasta llegar a mi lado.
-Menudo bicho que tienes detrás, Ichijo.
-Puedes llamarme Miki –Dije, mientras observaba cómo Asahina se oprimía el hombro, dolorida.
-Eh, no te tomes tantas confianzas. No te voy a matar. Eso es todo. Pero a ésta mierda sí que la voy a matar-Dijo, refiriéndose a Asahina.
No entendía cómo ambas podían hablar tan fácilmente de matar y hacerlo sin tener ningún remordimiento después.
-No la mates.-Dije, mientras me ponía delante suya y extendía los brazos, en señal de protección- Puede que no sepa lo que hace, pero en el fondo…
-En el fondo es una puta que merece morir.
Yo callé, sorprendida.
Ambas, Aoi Esuno y Kokoro Asahina, eran armas letales en un envoltorio hermoso y a la vez, misterioso. Y esas dos armas se odiaban a muerte.
Me di la vuelta y me arrodillé junto a Asahina.
-Asahina. ¿Estás bien?
-Si me das un beso estaré mejor-Sonrió.
Yo suspiré.
-Déjate de tonterías. No soy tu juguete. No te besaré. Vámonos a casa.
-¿Os vais?-Preguntó Aoi, Mientras extraía el cuchillo desde las entrañas de Urara Hosho.-¿No queréis saber la historia de ésta mujer?
Parpadeé, aún más sorprendida.
-A ver qué inventas-Escupió Asahina, cortante.
Aoi Esuno sonrió enigmáticamente mientras limpiaba el cuchillo en su falda.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ya ves que marvada soy(?
      En éste capítulo no se ha entendido casi nada xD en el 5 se explica todo muy bien

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