miércoles, 10 de septiembre de 2014

Capítulo 5 (Mirai Nikki 2.0)

Sé que lo queríais, pues ya lo tenéis:



Capítulo 5: La vidente del futuro.

Aoi se acomodó en el suelo de la sala, frente a nosotras.
-Estáis condenadas. Las dos.
-¿Qué?-Balbuceé. Ella posó su mano izquierda sobre mis labios, impidiéndome hablar.
-No me interrumpas. Ahora hablo yo. Si dices una palabra, te mato.
-¡Ni te atrevas a tocarla!- Exclamó Asahina, reprimiendo el dolor de su hombro.
La menor de la familia Esuno la miró, desafiante. Después deslizó su mirada hacia mí.
-Todas las poseedoras tenemos algo e n común. Todas, menos vosotras dos. Por eso todas están determinadas a mataros primero a vosotras, y después irán a por las demás.
-Pero no te incluyes a ti en esto-Observé yo. Aoi disparó su mano hacia mi mejilla, que quedó marcada con un pequeño rasguño.
-Que te calles.
>> Como decía antes de que me interrumpieras, todas tenemos algo en común. Y es que todas estudiamos o hemos estudiado en éste instituto privado, exclusivamente para mujeres. Salvo vosotras.
Éste instituto es una especie de hermandad o secta, creada para proteger a la mujer contra el hombre en todo momento.
Pero como siempre, hay excepciones. Y en éste caso, hay muchas.
La mayoría de las chicas que entran aquí no lo hacen por voluntad propia. Sus familias lo hacen por temor a la vida exterior, a lo que les espera en su futuro.
Urara Hosho…Es una pariente mía. Muy lejana. Recuerdo que cuando masacraron a mis padres y a mi hermano, ella me cuidó.
Pero ahora, con el poder que le había sido otorgado de ver el futuro realmente (Puesto que trabajaba de vidente),  el poder la cegó, y ya que sabía que yo también tenía la capacidad de ver el futuro, intentó matarme.


Yo iba a decir algo, pero callé inmediatamente al recordar la amenaza de Aoi Esuno.
-Puedes hablar-Dijo ella- Creo que he terminado.
-¿Masacraron a tu familia?
Ella me miró fijamente. Se levantó, con una sonrisa amarga esbozada en el rostro.
-Los torturaron hasta la muerte, sí.  A mi madre , a mi padre y a mi hermano, de apenas cinco años. Todo delante de mí. He estado acumulando toda esta rabia, dolor e impotencia hasta hoy. Por eso no te mataré, Kokoro Asahina. Todavía no. Quiero que sufras mucho. Muchísimo. Y que después tengas una lenta muerte a manos de la que amas –Dijo, con la mirada fija en Asahina. Cogió el cuchillo de cocina y le apuntó amenazadoramente con él. –Eres la asesina de mi familia. Y te mataré, tarde o temprano. Tarde o temprano sentirás el agrio contacto del filo de éste cuchillo en tu piel.

Me levanté de golpe.
-¿¿¿A-Asahina??? ¿¿¿Es eso cierto???
Ella me miró, completamente avergonzada.
-Tú…No sabes nada…-Susurró-¡TÚ NO SABES NADA, ESUNO!-Exclamó después, mientras se ponía en pie.
Salió corriendo de la sala.
Aoi se enjugó una diminuta lágrima que había comenzado a correr por su mejilla.
-No llores –Intenté consolarla.
Ella me cruzó la cara con la palma de su mano, una vez más.
-No estoy llorando. No intentes consolarme. No me conoces. No te acerques a mí.
-Te debo un agradecimiento. Por no matarme. Gracias.
Aoi desvió la mirada, molesta.
-Puedes darle las gracias a tu querida Asahina. No necesito tus agradecimientos y nada que sea tuyo.
>>Simplemente, te perdono la vida. Eres un mosquito débil que no sabe defenderse.
-En eso tienes toda la razón-La secundé yo
-Sólo te repetiré mi consejo: Cuidado con Asahina. No es lo que parece.
-Lo sé. Igual que tú tampoco eres lo que parece.
Se giró, con una mueca de asco.
-Y en tu opinión, qué es lo que parezco?-Preguntó.
-Pareces una chica que no toma en cuenta los sentimientos ni a los demás. Pero en el fondo, eres muy buena persona, lo sé.
-No juzgues sin conocer. Si haces eso, te irá mal en la vida.
-No juzgo sin conocer. Sé que no me he equivocado. Y te puedo prometer que no sufrirás más. Impediré que Asahina te haga daño alguno.
Ella sonrió sin enseñar los dientes.
-Eres muy inocente, ¿Sabes? Andas diciendo que vas a protegerme sin conocerme. No me conoces. No des cosas por sentado. Y en vez de tener cuidado con que Asahina no me haga daño, deberías de mantenerme a mí a raya.
-Os mantendré a las dos a raya. Descuida.
-Descuido. Ahora vete.
-Una última cosa…
Aoi me miró, señal de que estaba receptiva.
-¿Por qué no hay nadie en el instituto? Es algo que me intriga.
La sexta poseedora no respondió en seguida.
-¿Me creerías si te dijese que están todas muertas?
-No. De la noche a la mañana y sin haber repercutido en los medios de comunicación no. Es imposible.
Ella rió nerviosamente.
-Para protegerme, primero tendrías que creerme, ¿No crees?
La miré inquisitivamente.
Pero ella no dijo nada más. Tan sólo siguió riendo.
-Acompáñame. Te enseñaré cuán idiota es el mundo.

-Redshell.




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