Y mientras el ventilador da vueltas, haciendo girar la atmósfera de la primera noche de agosto, vuelvo a coger ese extráño álbum de tapas de piel de algún reptil color chocolate que se ahogaba en la estantería de mimbre.
No es exactamente un álbum. Es un libro. Un libro en blanco.
''Para que escribas''
Recuerdo que mi abuelo me dijo.
Hace exactamente dos años.
Y el libro todavía sigue en blanco. Ni una sílaba escrita con aquella caligrafía redonda que me caracterizaba, o en cambio, con las letras puntiagudas del abuelo.
''Qué típico...'' Pienso. Un abuelo que en su lecho de muerte, a su más querida (Y única) nieta, le deja un libro, que a simple vista, carece de valor.
''Y qué tonta'' Pienso de nuevo. ¿Cómo pude si quiera pensar que carecía de valor?
Paso las páginas, una tras de otra, rápidamente,
Nada.
''Típico. Muy típico.''
Pero...
En la última página hay una frase.
Una frase escrita con una caligrafía puntiaguda y con tinta azulada y desteñida:
''Si crees que es típico, haz algo para que sea épico.''
Observo la frase unos segundos más.
''Y ese algo podría ser escribir'' Pienso, mientras desvío mi mirada al ventilador, que agitaba con énfasis sus grises aspas...''
Vale, esto simplemente, no tiene sentido. Pero yo, a las doce de la noche y con un ordenador...Malo. Muy malo.
redshell.anonymos.mirai@gmail.com
Gracias por leer.
Redshell
No hay comentarios:
Publicar un comentario